domingo, 13 de noviembre de 2011

EL BUEN ROLLO MANIPULADOR

Coloquialmente "buen rollo" se le llama a un hablar halagador, condescendiente con las costumbres -sin autocrítica- y que agrade a todos. Eso es, se exige la ACTITUD única del buen rollo, que es siempre la de ser positivo -de un decir "sí" decretado, aun sin pensar, a diestro y siniestro y al todo, sea útil o inútil-.

Como ahí lo que importa es agradar a la tendencia dominante, sin que haya molestia a nada, pues lo que sirve es... SEDUCIR, que el rollo cuaje socialmente, y encante y alucine, ilusionando todo lo posible.

Lo que pasa es que precisamente esto -y nada más que esto- es la demagogia: el vender mucha ilusión, mucho sí, mucho "estoy con todos" -solapándose impunidad- y muchas expectativas de esperanza, estén o no estén analizadas -o criticadas- para tener una base real.

Así que el "buen rollo" pasa a ser el obstáculo del pensar, del dudar incluso si es un bueno rollo, del tener responsabilidad sobre los hechos que se causan...; porque aprueba y consiente la "vista gorda" por una "ilusión" -la justifica-, porque pasa de largo ante la impunidad o ante la complicidad.

Sí, todas las demagogias que existen poseen el denominador común del "buen rollo", y al que hay que CREER a ciegas; puesto que pretenden... alinear o aborregar a una masa porque no sea muy crítica o cuestionada con muchas actitudes de exigencia.

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