jueves, 11 de diciembre de 2008

LA PALABRA

La palabra es una manera de organizar el conocimiento y, además, de comunicarlo a otro que comparte -acepta- esa manera.

Cuando intentamos conocer el cuerpo humano le ponemos un nombre (1) a cada uno de sus órganos -son guías para no perderse- y los clasificamos funcionalmente; así nos ayudamos de las palabras para conocer más y comunicarlo, pero aspirando siempre a no confundir, a que un fémur no sea para un ser humano una cosa y para otro otra cosa distinta. Por eso, proponerse el conocimiento adecuado es aceptar una objetividad de instrumentación para no perderse una orientación cognoscitiva y no confundir.

Sí, claro está que cada uno tiene su lenguaje propio o subjetivo, eso es, su sentir diferente, sus gustos diferentes para también intentar ser -¿cómo no?- uno mismo consecuente con lo común de ellos y explicándoselos a los demas en lo posible.

Aunque, cuando se hable de China, se debe tener en cuenta de que se habla de un país -y todo el mundo lo sabe-, no de un planeta.

En ese aspecto, la sociedad ha tenido el desmedido problema de atiborrarse de todo tipo de mensajes imaginados -de placeres por encima de los medios reales-, de convalidar juntos el deseo y "lo que es algo", de delegar los hechos al "me parece" o a la dedocracia de un parecer por cierto poder o jerarquía simbolizada, y así extralimitándose por ello de lo que ya se delimitó antes inesquivablemente: un derecho, la existencia de cada elemento de la realidad, o de necesidades que requieren o nos obligan a... una responsabilidad.

En verdad, a veces el ser humano actúa en función de su egoísmo práctico e inservible: una mujer tiene los mismos derechos sociales, pero no los respeta; un niño debe ser educado de diferente forma a un adulto, pero no lo respeta; un político debe escuchar a los ciudadanos que gobierna, pero no lo respeta.

Ante eso que ocurre -en comodidad del egoísmo-, los intelectuales y los medios de comunicación tienen en su poder la gestión de una mayor defensa de la palabra, de la dilucidación contra tantos que manipulan diariamente, ya sea con incentivar o con proponer unos programas educativos a favor de la difusión de cada prioridad o de cada derecho humano; es decir, pueden hacerlo, pueden determinar en lo posible que un derecho sea enseñado, y no sea tan infravalorado en la mente de un maltratador por ejemplo (así es, penas impuestas por los jueces rehabilitando socialmente con conocimientos de lo que significan valores éticos y con conocimientos de situaciones de los demás; algo que es mejor que otros castigos, porque es eso realmente posible mediante la enseñanza).

NOTAS:

1.- Podríamos ponerle un número y entendernos con números, por lo que la finalidad no cambiaría.
2.- La imaginación que ha desbordado el ser humano retuerce y complica en confusión lo natural o... sencillo; por eso, hay que huir de lo enrevesado o de lo descaminado del proceso cognoscitivo en desarrollo, que es consecuente siempre del anterior.

3 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Mi abuelo me decía "Lo que ha sido siempre bueno, será siempre bueno" (como la honestidad, el reconocer, la humildad, etc.). Pero no hay que fiarse de las ocurrencias o de los imprevistos de las modas, de los grupos interesados o del poder(por muy bueno que parezca), pues ahí puede haber "gato encerrado". Fiarse como base en la naturalidad de la sabiduría... abierta, aunque parezca antipática a corta distancia.

José Repiso Moyano dijo...

SOBRE CAMBIAR LO QUE PARECE IMPOSIBLE:

Existe algo que es "ACTUAR" y otro algo que es "NO ACTUAR"; pues con el primer algo se arreglan las cosas. Por aquí se suele decir "Todo tiene remedio menos la muerte". Y es así, todo tiene remedio, cada uno actuando de una forma de concienciar las cosas y van sumándose cada vez más que actúan. Pero con lo que no se arregla nada (siguiendo la misma putrefacción) es con estarte quieto, callándote, escondiéndote detrás de tu puerta y aceptando todas las mentiras y confusiones.
¡Así no! Existieron sociedades que parecían imposibles de cambiar y, al final, se cambiaron; y se cambiaron con la iniciativa de muy pocas personas. Si piensas que todo es imposible, nada harás porque sea posible; por eso hay que luchar y luchar...

José Repiso Moyano dijo...

SOBRE LEMAS FACILONES QUE SE DIFUNDEN:

Ningún supuesto lema ético puede ser incompatible con los principios éticos en general; así es, sobre estos se intentan montar o inventar lemas personales, parciales y, sobre todo, emocionales.
Un lema emocional es muy bonito y muy fácil de "vender" para que triunfe (yo, en un minuto, os puedo sacar dos o tres: "piensa en ti más que nunca", "dale un beso a todos", "cree solo en tu destino"...) , por eso es una demagogia, sí, un facilismo.
Lo importante es que haya mucho analizado en responsabilidad sobre un lema que quieres dar COMO EJEMPLO A LA SOCIEDAD. Sí, eso es muy serio. No se puede improvisar con un lema cualquiera para su difusión ejemplar y pública, porque seguro que tiene sus consecuencias como todo; y consecuencias que... se provocan.