martes, 17 de marzo de 2009

DE LA TEORÍA DEL CAOS
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D
e entrada, es una teoría que, de tan amplia, abarca el todo, aun lo que está por verificarse en la realidad; ésta se sustenta en las matemáticas no lineales por señalar o por medir movimientos iniciales que no siguen -a causa de diversos factores y variables- una periodicidad concreta, o sea, porque son imprevisibles.

Aún así, como teoría que además cuenta con postulados y fórmulas, cualquier sistema en cuanto al movimiento es unívoco, en probación, por lo que no existen -como base científica- “los sistemas no dinámicos” de donde partir de una manera lo más racionalmente teórica -o taxativa- : sí, ya todo sistema físico es funcional y categóricamente... dinámico.

Pues bien, esta teoría que valora unos exactos parámetros que fijan unas condiciones iniciales de un movimiento por considerar su estabilidad en un “espacio de sus estados” en el tiempo, sugiere un comportamiento “imprevisto”, impredecible, de unos sistemas que llama caóticos pero que son atraídos por un movimiento que le es característico en su periodicidad, o atractor.
El atractor, al no ser simple en lo caótico -por la extrañeza misma “de su recorrido”-, aquí muy indeterminado, es clasificado o calificado como “extraño”. También, por su geometría difícil, que se expresa en la naturaleza, se entiende como fractal.

Pese a eso, en lo dinámico, en lo que funciona sólo con el movimiento, claro, todo es impredecible para una concreción espacial; y los “sistemas estables”, que han de seguir a una órbita o a un movimiento más o menos estable -pero nunca fijamente estable-, son en una proporción -la que sea- también inestables.
Quiero decir, un sistema de movimiento, al ser sistema -un movimiento diferente en concreto-, repite sus movimientos, sí, con cierta estabilidad; y a esa REPETICIÓN, que se le puede bien llamar atractor o “tendencia”, o condición dinámica propia más o menos estable -en frente a inevitables variables- de ese movimiento.

Es cierto, de cómo se inicie esa repetición, la cual ocurre en un presente físico y se puede medir en unos "supuestos" estables parámetros, se facilitará un recorrido causal -por principio o por inicio- y será impredecible -inevitablemente- respecto a las variables -que asimismo condicionan- que incidan en su desarrollo -aquí- concausal.

Lo que hay que superar, es lógico, es que nunca existen sistemas dinámicos a priori y a posteriori sin antes comprenderlos -por hacerlos coherentes- como “desarrollos”, ciclos pero con su propio... desarrollo; es decir, los movimientos, como imprevisibles ante sus posibles variables, converjen cada uno -porque lo sea- en desarrollos "singulares", siempre diferentes.

Un error: A la “matemática no lineal” se le suele denominar de antemano imprevisible o caótica cuando, por ser obligación matemática ofrecer -tratar- lo exacto, debería denominarse “estadística” o “probabilidad”.

A ver, el orden del movimiento -que lo posee- nunca es... lineal -sí, puede serlo como un concepto-, ni predecible; sin embargo, estructuras complejas, porque las sean, se rigen -en evidencia- por una COHESIÓN de movimientos condicionados a las mismas fuerzas o principios de tal cohesión -posibles o ya sólo posibles por una interacción-.
Eso es, no tienen movimientos a un cien por cien estables, fijadores para -como tales- conducir a una... inmovilidad, sino -más bien- condicionados -o dependientes- por una estabilidad de cohesión (una "simbiosis": una parte de la estructura compleja "ayuda" a ese todo, porque forma parte de su desarrollo condicional, depende de él y, por tanto, sus "reacciones" o respuestas) y de resultados de interacción.

Por ejemplo: De cómo bote un balón -imaginen que éste es cualquier sistema- es algo crucial que va a determinar toda la trayectoria del balón (esto propugna la Teoría del Caos). Su fase inicial, es cierto, se puede medir pero, todo lo demás, conlleva predicción o adivinación; por lo que se sugiere con inevitable truculencia de imaginación científica o con más o menos "desvariadas" hipótesis.

Toda variable o incidencia del medio en la trayectoria del balón es una “nueva” trayectoria, de improviso necesario, que nunca puede ser calculada... al exacto modo matemático.

¡Ah!, lo que sí -por otra parte- puede saberse siempre es... lo que ya ha recorrido y sus condiciones apriorísticas que, claro, le delimitan, le restringen y "más lo permiten" entre una zona de estados “causalmente” posibles.

Nota.-
En meteorología, es conocido el "efecto mariposa" , el cual popularmente ha extendido la teoría del Caos: el aleteo de una mariposa en China -por ejemplo- puede ser la causa -yo diría parte de la causa, una... causa- de un huracán ya en otra parte de la Tierra (no, no es totalmente cierto sostener que un meteorólogo predice el tiempo que va a hacer, sino que advierte -como alerta- ya la existencia de una baja presión o de aire cálido-húmedo o de nubes y, también, hacia los lugares donde se dirigen, al parecido modo de advertir la trayectoria eclíptica de un asteroide por ejemplo).

Habría que concebir, claramente, que cualquier sistema complejo interacciona y algún "accidente" -de los no habituales en él- puede determinarlo de una forma que parece "caóticamente" distinta.
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