sábado, 12 de diciembre de 2009

EL VICTIMISMO


El victimismo es, ante todo, una actitud con la cual se pretende producir una rentabilidad.
Bien, si alguien “hace un daño” real o demostrable “en hechos” a otro, en efecto, este otro es una víctima innegable de él y, además, es una víctima – al margen de cualquier actitud – del daño mismo. Aquí no se trata del “sentirse víctima para... algo”, sino que – se quiera o no se quiera es una víctima por objetividad del daño recibido, en hechos. Por ejemplo: La mujer X, que es violada por el hombre Z, es una víctima del hombre Z.
Eso está claro puesto que, el que asesina, es un asesino por una calificación coherente que le corresponde, y no por causas personales o subjetivas. Sí; al igual que, el asesinado, es su víctima, ante todo eso, por encima de uno u otro sentimiento.

Pero lo que ocurre en una sociedad donde prevalece – con ayuda de la tecnología– demasiada información, debido a unos poderes organizándola y difundiéndola, en unos intereses creados – y acumulados – económico-políticos, es que no se reconocen verdaderamente a quienes son las víctimas – habiendo tantas pruebas – en dignidad –, ni hablan ellas mismas por resarcir algo sus daños recibidos, sino que todo el mundo LAS UTILIZA para intereses de grupo, institucional o político.

Así es; cuando han matado un soldado en la guerra de Afganistán, se suele decir, por el interés de un grupo o país, “NOS han matado un soldado”, con lo cual cómodamente se delibera que son “otros” ajenos a ese país los que "los hacen víctimas", y sienten eso; cuando una mujer en concreto recibe violencia de género, al momento hay muchas mujeres interesadas – sin recibir ésa concreta y real violencia en tal mujer– que dicen “NOS están maltratando”, pero ahí sólo es la víctima ésa mujer y, la utilización de éso para “sentirse también víctima”, es... el victimismo.

Si ya hay crisis económica, muchos – y sólo los que tienen poder para difundirlo –, por conveniencia dicen “ESTAMOS en crisis”, incluso cobrando lo mismo y teniendo todas las necesidades primarias cubiertas; o sea, no sufren de verdad la crisis, pero se ponen indiscriminadamente en el paupérrimo “ESTAMOS en crisis” – para rentabilizarlo –.

Debería tener voz quien es, en hechos, una víctima y los demás permitir que lo demuestre al menos; sin embargo, el negocio es el negocio, y seguirán con el “NOS” y con el “ESTAMOS vendiendo muchos de tales ejemplares y consiguiendo “famas” y llamadas de atención con esa forma.

NOS han secuestrado un barco” – ¿el barco es vuestro? –; o “ME han subido la gasolina” – ¿acaso tú tienes coche? –, etc., sí, fácilmente se recurren, en pro del victimismo, para un poco de rentabilidad sea cual sea.

No, no hace falta el uso de la razón, sino “NOS están invadiendo los árabes”, “NOS han robado los políticos”, “NOS han cerrado una mezquita” y, así, en esa hipocondría interesada del victimismo, en ese “juego sucio” o estólido, conseguir algún beneficio, alguno.

Y, con eso, con el... "ESTAMOS en crisis", algunos gobiernos se aprovechan para no resolver los problemas que hay en sus países.


Nota.-
Se sabe que cualquiera, si ya hace a alguno una crítica debido a los hechos, es a ése al que alude o hace sólo la referencia; no al mundo, ni siquiera al Universo. Pero existe un buen truco -para eludir cualquier autocrítica o responsabilidad- y es el recurrir fácilmente al "están -o estamos- siendo denigrados".
En efecto, todos los acercados -y con un grato provecho- a otro con el que comparte algún interés también lo puede utilizar, por gran eficacia de mísero victimismo, recurriendo al: "Todos los médicos están -estamos- siendo denigrados", "Todos los poetas están -estamos- siendo denigrados", "Todos los artistas están -estamos- siendo denigrados", "Todos los políticos están -estamos- siendo denigrados", "Todos los cabezones están -estamos- siendo denigrados", "Todos los cristianos están -estamos- siendo denigrados", etc. e, incluso, hasta el infinito.


José Repiso Moyano

lunes, 7 de diciembre de 2009

LAS EMOCIONES

Los únicos que controlan las emociones son... los que confunden "lo que son las emociones". Veamos: Lo único que se deben controlar son los pensamientos (con los cuales sí se puede ordenar una escala de valores, unas restricciones y siempre para preservar unas limitaciones junto con unas prioridades a la hora de hacer algo). Las emociones son, en efecto, sentimientos y éstos no se diseñan ni se controlan ni se guían robóticamente, sino o se sienten o no se sienten (ni ya se guardan en el bolsillo para sentirlos luego), otra cosa es -claro- que no se exterioricen (algo que prohíbe el mostrarse las cosas como son).

Mejor aclarado:
Como se sabe, la sociedad no ha suprimido los instintos, sino que los ha condicionado con unas actitudes -sociales-: los ha condicionado por ponerlos "en escena de la realidad", digamos, con el decorado de una "actitud civil".
Por otra parte, sí, están las emociones, que son: el MODO DE APTITUD INSTINTIVA CAUSADO POR EXPERIENCIAS PERSONALES; es decir, el instinto ya desarrollado en un ser vivo en concreto (y éste con sus únicas experiencias).
Por ejemplo: Dos gatos (A y B) poseen, en esencia, el mismo instinto, "el de reproducirse como gatos"; en cambio, esos dos gatos poseen diferentes emociones: ésas determinadas por las vivencias que han tenido (así, el gato A, que es doméstico, inevitablemente siempre tendrá emociones que se han enraizado "en el trato humano", y no..., no se pueden controlar, pues ya están formadas).
Un ejemplo en cuanto a los seres humanos:
Un adolescente que se ha criado "jugando en el campo", SIEMPRE se emocionará -sin poderlo evitar-, en una complicidad emocional, "al ver el campo"; puesto que, concretamente él, tiene una emoción ya formada, incontrolable (y, con tal predisposición, "lo sentirá" quiera o no quiera, desde su subsconciente).
Además, son las emociones las que ayudan a crear -o bien modelan- la... intuición; lo que ocurre es que, las emociones, se impregnan de unos "valores" mientras que, las intuiciones, se determinan no precisamente "con ellos", sino con memoria, información o conocimientos (en los animales se les puede llamar "recursos de supervivencia": si a un gato, después de comer, le das una patada dos veces seguidas, en una tercera vez "sabe por intuición" que le puedes dar... una patada).
La intuición es la inteligencia primaria pero, aun así, es la base o la esencial, la que se remite al "conocer".