miércoles, 23 de octubre de 2013

Cerebros retorcidos

Uno de los aspectos que más he analizado en los últimos años es el que atañe a la pérdida de la razón cuando se argumenta mal; pero no se reconoce, sino que se excede -la argumentación se extrapola- y se enraiza en una base que no corresponde al asunto del que se trata.

Entonces, el manipulador o el orgulloso que no reconoce nada, orienta la argumentación hacia una base que no le es coherente o hacia su imaginación hasta el punto de conseguir desligarla de su propia naturaleza real o existente. Porque para el manipulador no es la razón lo importante, no, sino su propio protagonismo, el inventar o el formular una razón que justifique su sinrazón, sea como sea con tal de que su orgullo no se vea afectado; es decir la mentira elaborada o argumentada existe siempre al justificarse lo injustificable, al ser válido como consecuencia dialéctica algo que no lo es
racionalmente, que no ha respetado un proceso de reconocer hechos, que no ha respetado una coherencia racional.

Así, el manipulador, una vez que ha negociado o simpatizado con medios de comunicación se inventa "peros" que no existen ("No existen armas de destrucción masiva; pero por ahora; pero podrían existir; pero al haber terrorismo tienen que existir; pero como Aznar y Bush lo dicen tienen que existir; pero los tiranos buscan siempre armas de destrucción masiva....) o sofismas para justificar una masacre o una dictadura ("La dictadura fue culpa de una crisis política", "No se podía consentir aquel gobierno indeseable", "Hay que intervenir militarmente contra el terrorismo", etc.). Por fin consiguen justificar una dictadura o cualquier hecho porque a ellos les interesa por delante de todo.

Para el manipulador que quiere cómodamente eximirse de responsabilidades hay hambre en el mundo porque hay superpoblación, hay inmigración porque hay mafias organizadas que lo permiten, hay programas "basura" en la televisión porque eso pide la gente, hay crisis porque hay especuladores, etc. El caso es que con respuestas fáciles lo tiene todo averiguado, y lo peor: llegará a justificar lo que quiera, todo le será válido adecuándole una respuesta fácil que favorece a su orgullo, a su conveniencia y a sus privilegios.

Así, si se constatan que las desigualdades aumentan en el mundo se justifica con respuestas de que hay mucha solidaridad, si se verifica que Estados Unidos no restringe su armamento o su polución industrial se justifica en que lucha contra el terrorismo y a favor de la libertad o del progreso tecnológico tan humano.

En resumidas cuentas, los objetivos del que manipula o del poder que manipula se van a llevar a cabo con una u otra justificación; y la razón será la principal víctima. Son tan buenos y su justicia es "tan tremendamente solidaria" que ya son encima hasta "santos", porque difunden todas sus bondades -las miles de un país pobre no se pueden difundir y porque la miles de "otros tiempos" tampoco se pueden difundir-.

¿No será que los que son solidarios de verdad -los que no se enriquecen a costa de otros- sí dan todo lo que pueden y se olvidan por los "santos" manipuladores con sus "santos" medios de comunicación?