viernes, 29 de diciembre de 2017

ACONTECIMIENTO HISTÓRICO

(Año 3151 de la Era Cristiana)

La civilización Tâ había decidido una expedición a un planeta aparentemente extraño, al que anteriormente no le prestaron una suficiente atención por el motivo, sin más, de la lejanía misma de ese planeta. Después de que la nave de la expedición aterrizara y salieran sus tres miembros a observar y a estudiar lo que allí había y lo que también había ocurrido, durante unos días no advirtieron nada sino un interminable desierto sin señal alguna de habitabilidad. Al fin, sí, se dan cuenta de algo que ya se encontraba apenas a unos centenares de metros y, cuando llegan con un tan definido y soporífero cansancio, al cual no estaban acostumbrados, se sorprenden, pues es..., es una mierda pinchá en un palo.
– “Esto no puede ser”, dijo Roj, que era precisamente el que dirigía la expedición, e insistió:
– “Lo que vemos no puede ser; es imposible, imposible que un planeta haya heredado sólo esto, que sea sólo el resumen de toda su historia. Roi, haz una conexión con Let, del Comité de Información del planeta Letanio, a ver si al menos tuvieran algún conocimiento sobre este... insólito planeta”.
Entonces, Roi, hizo esa conexión comunicativa con Let y, dándole las precisas coordenadas del lugar, éste le informó:
– “Sí, hay algo, la civilización de este planeta e incluso todo ser viviente desapareció en el año Y*36 (que corresponde al 3044 de la Era Cristiana) por una alteración total de su ciclo rítmico de rotación debido a un gran abuso de su habitabilidad, desde eso, en consecuencia le denominamos habitualmente como “El planeta de los locos”. Mire, eran sus supuestos “seres inteligentes” de tal manera que no se podían ni escuchar, pensaban como desde un cerebro bloqueado -muy fijado- impidiéndose el Método Libre de Adaptabilidad Flexible característico de todas las civilizaciones...” Roj, que también le escuchaba atentamente, le interrumpió:
– “Supongo que, al menos, su sistema socio-político y económico de organizarse lo cambiarían necesariamente de vez en cuando, ¿no?”.
– “Pues no, es la única civilización que no lo ha hecho nunca, jamás, ya que lo que les dijeron sólo unos, al respecto, estos se llamaban ”griegos” y “romanos” -los que, practicando una democracia chapuza, en donde únicamente tenían participación unos que dictaban, en Roma los patricios, sirvieron como modelo-, se les metió en la dura cabeza y, así, dirigieron sus posibilidades sólo hacia un sitio, en unidirección, a puerta cerrada y obviando todas las demás posibilidades de adaptación, en tal obsesión tan horrible -claro- que hemos tenido que llamar a este planeta “El planeta de los locos”. Además, se desrracionalizaron totalmente; hacia el año Y*28 hubo una persecución radical hacia todo el que fuera algo racional por “los relativos inútiles por la buena manipulación” -ni tan siquiera superaron ésa tan miserable y burda mentira de lo "relativo", sostenida sin apenas una prueba - y la capacidad racional la perdieron. Es decir, perdieron lo único, lo único que vale o lo único que es esencial en la capacidad del conocimiento de todo ser vivo. Lo escupieron, lo destruyeron”. En una gran e indescriptible impresión, Roj dijo:
– “¡Ah!, ahora comprendo lo de... la mierda, su quid o su porqué; ellos no, no la pusieron, sino en concreto nuestro Ser Supremo, como advirtiendo, como indicando que realmente era ése el resultado o fruto total de este planeta, en verdad. ¡Vámonos pues!, Roi, haz los preparativos, rápidamente, ¡vámonos ya muy, muy lejos!, ¡lejos! Y ¡nunca regresemos!, ¡nunca!

José Repiso Moyano